A menudo consideramos el polvo como una simple molestia estética en nuestros hogares, asociada con la falta de limpieza. Sin embargo, lo que pasamos por alto es el impacto que puede tener en nuestra salud.
¿De qué está compuesto el polvo?
El polvo es una sustancia volátil presente en el ambiente que se suele acumular en espacios cerrados como nuestras casas, oficinas, escuelas, entre otros lugares.
Dentro de su composición encontramos principalmente a las células de la piel de humanos y de animales domésticos. Además de esto, el polvo puede contener restos de tierra traídos del exterior por nuestro calzado, fibras textiles, esporas de hongos, e incluso elementos tóxicos presentes en muchos de los objetos que utilizamos a diario, como los químicos TCEP usados en la fabricación de muebles y los ftalatos presentes en el plástico.
Problemas de salud provocados por el polvo
Los problemas de salud asociados con la exposición al polvo suelen ser respiratorios, aunque también puede afectar a los ojos. Las micropartículas del polvo pueden introducirse en el organismo al respirar. El polvo llega a los pulmones y bronquiolos y puede tener efectos nocivos a largo plazo.
Enfermedades como la bronquitis y el asma, entre otros padecimientos pulmonares y respiratorios, pueden ser el resultado de una exposición continua a altas cantidades de polvo. Esto puede ser especialmente problemático para personas con alergias o problemas respiratorios preexistentes.
Es crucial mantener un entorno limpio en nuestros hogares, lugares de trabajo y estudio.
La limpieza regular y meticulosa, utilizando los productos adecuados para cada tipo de superficie, es fundamental para reducir los riesgos asociados con la exposición al polvo.
En Brillosa nos encargamos de no dejar ni una partícula de polvo presente en cada una de nuestras limpiezas porque nos preocupamos por la salud de nuestros clientes.
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