La comunidad científica internacional, 239 expertos de 32 países, avalan en un reciente
estudio publicado, que el principal medio de contagio del coronavirus es el aire,
específicamente los llamados “aerosoles” o micropartículas en suspensión. Estos
aerosoles están formados por pequeñas gotas de secreciones respiratorias (gotas de
Flügge) expulsadas de forma inadvertida por boca y nariz al realizar acciones cotidianas
como respirar, toser, estornudar o hablar, que pueden transportar agentes patógenos
tales como virus, bacterias, etc. o varios a la vez.
Estas micropartículas, de tamaño inferior a 50 micras y aún más pequeño el tamaño
del virus, de 0,1 micras, puede permanecer suspendido en el ambiente entre 1 y 2
horas, aumentando la peligrosidad en ambientes cerrados y/o mal ventilados, como se
incide en las recomendaciones para evitar contagios desde las autoridades sanitarias y
otras instituciones.
Lo más inquietante de este estudio es que, al toser, por ejemplo, se liberan 200
millones de partículas potencialmente infecciosas, cuando la dosis infectiva necesaria
para desarrollar esta enfermedad del Covid 19 es tan sólo de 1.000 partículas,
acentuadas por la recirculación del aire, que facilita la diseminación de estos aerosoles
que, en muchas ocasiones, pueden llegar a lugares a los cuales las tareas de limpieza o
desinfección rutinarias que realizamos en nuestros hogares o en colegios, empresas,
gimnasios, que albergan mayor cantidad de personas en circulación en un mismo
espacio, no son concienzudas.
Además de las normas básicas para la contención de la pandemia, como limpieza de
manos, uso de mascarilla o distancia de seguridad, hay que exigir una buena
ventilación.
El catedrático de Química y Ciencias Ambientales, José Luis Jiménez, de la Universidad
de Colorado en Estados Unidos y uno de los mayores expertos mundiales en aerosoles,
estima que el 75% de los contagios se deben a la exposición de estos, y tan sólo un
10% a las gotas grandes, “proyectiles” que se expulsan al hablar, toser etc. y que
pueden infectar las fosas nasales, boca u ojos cuando lo hace directamente a la cara de
otra persona y “acierta”. Las dificultades estriban en la medición del CO2, en caso de
espacios con escasa ventilación y sustituibles por filtradores HEPA.
(Fuente: José Collado SA- noviembre 2020)
En esta línea, Brillosa, especialistas en limpieza y desinfección, inscrita y certificada
ROESB, aporta su línea de desinfección por vía aérea como herramienta fundamental
para la reducción de la carga ambiental microbiana a través de termonebulizadores
combinados con desinfectantes específicos y, gracias a un tamaño controlado de
partículas inferior a 10 micras, se distribuye heterogéneamente por todo el volumen,
llegando incluso a zonas de difícil o imposible acceso. Igualmente ejerce un efecto de
arrastre de microorganismos en suspensión del aire, convirtiendo estos equipos en un
arma de prevención contra el Covid-19 en lugares donde haya un grupo moderado de
personas, como comedores, oficinas, vestuarios etc., generando así un entorno seguro
y desinfectado.